Los amigos del escritor(1)

Aunque hoy la tecnología permite publicar un libro fácilmente, no creo que el rol de editor deba desaparecer.

El escritor está demasiado cerca de su obra para juzgarla a cabalidad y necesita las advertencias de un lector especializado para mejorar su libro.

Ese es el editor y, por lo mismo, debería vérsele como un amigo del escritor.

Lo que pasa es que no se habla mucho de lo que el editor hace.

En el libro «Éxito. Un libro sobre el rechazo editorial», Íñigo García Ureña sugiere que se esconde para ensalzar su labor con el misterio.

Esto lo dice de manera jocosa, claro, pero tiene mucho de verdad.

Tengo experiencia en cuanto a editar obras y me atreveré a dar mi opinión.

La función del editor es la de un juez desapasionado, alguien que califica y prepara un escrito de acuerdo con lo que vale (o podría valer) como lectura.

También determina para quién es valioso el texto.

Todo escritor debería crear sin preocuparse de adónde irá a parar su trabajo.

Solo de ese modo podrá ser libre y producir algo original.

Resaltemos, pues, dos pasos globales en el proceso:

  1. Escribir: esfuerzo por leerse a uno mismo y plasmar estos descubrimientos en papel.
  2. Editar: esfuerzo por convertir una obra escrita en conocimiento para la interpretación y beneficio de otras personas.

Y la recomendación es una sola:

  1. Cuando termines de escribir, recurre a la mirada de personas con formación lectora; si no es un editor, compañeros de un taller literario o simples buenos lectores. Aún si decides autopublicarte, busca a quien juegue el papel de editor.

En la siguiente entrada, hablaremos de los programas de formación literaria.

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