La música relajante permite que tu cerebro funcione de manera más creativa.
La relajación, sin duda, produce ensoñación.
Y ya sabemos que la literatura nace en ese estado.
Tenemos cinco tipos de ondas cerebrales.
Ellas son los impulsos eléctricos que van de una neurona a otra.
Las Alfa son aquellas que aparecen cuando estamos en un estado anterior al sueño.
Las Beta, por el contrario, son las ondas que se producen cuando estamos estresados.
Las ondas Theta aparecen cuando estamos distraídos (la diferencia con las Alfa es el enfoque consciente del que van acompañado estas, un enfoque relacionado con la meditación).
Las ondas Delta son propias del sueño profundo y es rarísimo encontrarlas en personas adultas.
Y las ondas Gamma, aunque los científicos aún no se ponen de acuerdo, parecen estar relacionada con nuestros procesos de percepción.
En todo caso, para rescatar ideas e información durante nuestro estado de Luna (¿Lo recuerdas?), cuando nos inspiramos, es imprescindible saber propiciar la aparición de tus ondas Alfa.
Es lo que logramos los introvertidos, conectarnos con nuestra ensoñación.
¿Y por qué no ayudarnos con la música?
Es recomendable la música barroca, además de la recomendada en la entrada anterior, para alcanzar este estado de tranquilidad.
En la siguiente entrega hablaremos de las personas que pueden acompañarte en tu aventura de escribir.
Carlos Oriel Wynter Melo 