La voz del PERFECCIONISTA te pedirá que todo salga automáticamente a pedir de boca.
Y ya sé lo que estás pensando: ¿no debe ser así, buscar siempre la perfección?
La poca calidad de una obra escrita está mal, eso es cierto.
Pero no es posible generar obras «perfectas» de golpe.
Ya en otra entrada mencioné el ciclo de Kolb:
- Hacer
- Reflexionar sobre lo que hiciste.
- Pensar un modo mejor de hacer las cosas
- Decidir una nueva manera de hacer.
Este ciclo demuestra que nada nace en su estado de excelencia.
Es más, ¿existe un estado de excelencia?
Todo es un proceso interminable.
Dicen que a Gabriel García Márquez le preguntaron cómo se sentía en la cúspide de su carrera.
A modo de respuesta, dijo: ¿Cúspide? La literatura es una carrera completamente horizontal.
Cuando observes a la voz PERFECCIONISTA pidiéndote excelentes resultados, recuerda esto y anúlala:
Nada nace perfecto; con mis equivocaciones, avanzo.
Y si necesitas más recordatorios que te ayuden, haz lo que Jackeline B. Fletcher, profesora de escritura en el Loft Literary Center en Mineapolis.
Ella se compró un Gollum (el personaje del Señor de los Anillos) para representar a su censor interno.
Cada vez que su voz interior la incomodaba, ella decía con el tono del pequeño monstruo:
Es mi precioso.
Y recordaba que nada nace completamente hecho.
HASTA PRONTO