El libro Divorcing the Dictator de Frederick Kempe es una joya para quienes quieran conocer a fondo la relación de Noriega con la CIA. Aunque Kempe escribe desde una perspectiva y valores estadounidenses, incurre en esta parcialidad de una manera ingenua, quizás inconsciente, y por eso deja que el libro enumere hechos, hechos que sé son deconocidos para la mayoría de los panameños.
Kempe entrevistó para este trabajo, a amigos de la infancia de Noriega, leyó anuarios del Instituto Nacional, investigó los hechos y tuvo acceso a personajes panameños y estadounidenses de muy alto nivel.
La Explosión de Panamá, de Roberto Díaz Herrera, más allá de sus descuidos editoriales, es una obra que debe leerse y atesorarse. Estamos hablando del testimonio detallado – y muchas veces pasional – de uno de los testigos presenciales del nacimiento y caída de un espía extraordinario, y es que eso era Noriega: un espía de muchísima efectivida. Lo era tanto que, según lo que sugiere el mismo Díaz Herrera, termina perdido en una especie de cuarto de espejos.
El primer libro de Díaz Herrera, Estrellas Clandestinas, es también un trabajo encomiable. En él relaciona valientemente a agentes secretos de la CIA con el tema Irán-Contras y responsabiliza a esta misma agencia del encumbramiento e invulnerabilidad de la que Noriega gozó por muchos años.
Justamente por referencias de Díaz Herrera, captó mi interés la obra Confesiones de un Gángster Económico, de John Perkins. Este singular libro es la confesión de un ex negociador de fondos internacionales para países en desarrollo. En palabas del autor, estos fondos no son más que anzuelos con los que se pesca al país; en otras palabras, mientras quienes negocian estos préstamos, presidentes, empresarios de muy alto nivel, se enriquecen de manera espectacular con el trato, los países quedan inmensamente endeudados y con compromisos internacionales de los que es muy difícil escapar.
Pero lo más importante del libro de Perkins, por lo menos para los panameños, es que dedica varios capítulos a la era Torrijos, algunos párrafos a Noriega y casi un capítulo a la invasión de nuestro país. Todo esto lo hace desde una perspectiva mundial, o sea que entrelaza lo que ocurría en suelo patrio con eventos y personajes de otras latitudes.
¿Es Noriega un personaje literario? Claro que sí. En mi siguiente artículo trataré de retratar sus rasgos más interesantes.