Para mí, Mis Mensajes en Botellas Electrónicas es un libro puente. Puente en más de un sentido. Es puente porque hace camino entre mi obra anterior – El Escapista, Desnudo, Invisible, Cuentos con Salsa e incluso El Niño que Tocó la Luna y Vivir Donde América se hace Cruz – y la literatura que pretendo actualmente, compuesta hasta ahora por obra inédita.
Están, creo, las claves fantásticas y los símbolos de Vitorio Casagrande, Gregorio y su mujer traslúcida, y un mayor trabajo de trama y ambientación.
Y es puente también porque retrata la soledad actual y como las personas de diferentes latitudes – Estados Unidos, México, República Dominicana, Panamá, Argentina – se las arreglan para superarla.
El próximo 27 de agosto, a las 6 de la tarde, se presentará este libro en el marco de la Feria Internacional del Libro de Panamá. Será acompañado, Dios mediante, por los libros Cuentos de Pequeté (FUGA editorial), de Ana Lucía Herrera, y El Oro de Noriega (de De Librum Tremens), de Alvaro Valderas.
La obra mereció una mención honorífica en el Concurso Centroamericano de Cuentos Rogelio Sinán 2010, con el título Mis Mensajes en Botellas de Chamapaña. Según Alberto Cabredo, revela un esfuerzo sostenido por innovar y provocar introspección. Considero que sus historias son un espejo de lo mucho que deseamos encontrarnos como seres humanos. Puedes leerlo desde ahora comprándolo en línea. Solo tienes que pulsar el botón izquierdo de tu ratón sobre la portada de arriba.