Manuel Antonio Noriega, ¿un personaje literario? (primera parte)

Recientemente he investigado sobre la vida de Manuel Antonio Noriega, nuestro dictador más cruelmente retratado. Hallé un perfil mucho más rico de lo que se supone a primera vista. El resultado de mi curiosidad culminó, por ahora, con tres reflexiones que aparecieron en mi columna del periódico Panamá América; revisiones bibliográficas y comentarios al margen, sobre todo. A partir de hoy las iré publlicando en esta bitácora en periodos regulares. Abajo va la primera.

Casi toda nuestra Historia ha sido escrita con más precisión y detalle en el extranjero. Omar Jaén, Alfredo Castillero Calvo y otros historiadores, cronistas sesudos, son excepciones a esta regla. The Path Between the seas, del escritor estadounidense David Mc Cullough, por ejemplo, es sin duda el libro mejor documentado sobre la construcción del canal interoceánico.

Fíjate que no he dicho que nuestra Historia ha sido “mejor” escrita en el extranjero: he usado los calificativos “más precisión y detalle” y “mejor documentado”. No creo que necesariamente los libros foráneos sean mejores. La percepción que tiene el escritor sobre un hecho, tiñe el hecho, lo cambia, muchas veces, y si un libro es escrito por alguien que no pertenece a la cultura en la que sus hechos sucedieron, su perspectiva le quitará veracidad.

Esta falta de rigor en los registros panameños puede deberse a nuestra naturaleza de país de tránsito – aunque, como sugieren documentaciones harto antiguas, los primeros habitantes del istmo no se fueron, se quedaron aquí, y las huellas de sus ADN están en nuestros indígenas – y el clima, que nos hace preferir la extroversión a la introversión, la interacción social, pública, a las actividades reposadas y de prolongada concentración.

Existen pruebas de lo que digo. Los panameños poco o nada profundizamos en nuestros estudios. Si revisan las tesis de estudiantes panameños y las comparan con los de Europa, entre otros, se darán cuenta de que el listado de referencias bibliográficas es siempre más corto en los casos panameños. Y la producción de libros históricos, ensayísticos, y de otros géneros de no ficción, es relativamente bajo en nuestra patria.

La producción de libros de ficción, no obstante, no ha resultado nada mal. Las cifras demuestran que, dentro de la región centroamericana, nos estamos moviendo hacia los primeros lugares. Pero no nos jactemos demasiado: la literatura perdurable se alimenta de esfuerzos de investigación muy serios, exhaustivos, esfuerzos con los que aún no contamos.

Enfoquémonos en el caso de Antonio Noriega. Con poco que se haya husmeado en su vida, su perfil resulta interesantísimo. Es el personaje literario por excelencia. Espía, con una niñez compleja, por decir lo menos. Pero hay que investigar, hay que reflexionar en torno a sus conductas, motivos y razones.

Apenas he logrado introducir el tema y ya llegué a las cuatrocientas palabras que el periódico pide. No tengo más opción que detenerme. Me guardaré las lecturas que muestran a un Antonio Noriega fascinante, rico en matices, para la siguiente entrega.

Fotografía de solucionpolitica.net

Un comentario

  1. Creo QUE la Historia de Panamá, como la de cualquier país, debe investigarse con seriedad. las fuentes son riquísimas, vastas, y están en archivos de Colombia, la Biblioteca del congreso en Washington, Francia y España por supuesto.
    Nuestra precariedad en la investigación radica en la ausencia de instituciones dedicadas, más allá de los trabajos escolares y tesis.
    Tenemos que dar un paso, gran paso de esa historia vicaria , patriotera y sensiblera a una visión crítica de cómo nos hemos constituído como nación insertada en los procesos de acumulación mundial.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s