¡ Buenas noches, Carlos!
Coincido contigo. Tú mejor obra: «Los grandes dientes de la Caperucita».
Desde el título. Y el utilizar grandes autores literarios como alias de los personajes.
Hasta recursos arriesgados como el encierro en una mesa de billar imaginario.
Y la corona del pastel, realizar un homenaje a Mary Shelley utilizando los cambios producidos por la heroína en Ernestina, que pasaba de de ser el personaje a Mary Shelley de acuerdo la fluctuación del efecto de la droga. ¡Fantástico y muy arriesgado!
Definitivamente es una obra deliciosa para lectores consumados.
Y muy merecedora del Ricardo Miró.
